jueves, 3 de enero de 2013

Búsquedas.

Ayer en la noche me la pasé buscando un documento que me urgía encontrar. Por más que revolví todos mis papeles y todo mi cuarto, no di con él. Hoy en la mañana continué con la búsqueda y, de nuevo, puse de cabeza mis cosas con tal de dar con el famoso papelito que buscaba. Al fin, vencida, desistí y salí a mi destino resignada.
Luego, al buscar unas cosas en mi bolso hace rato, lo primero que vi fue el famoso documento perdido. Juro que, anteriormente, lo había buscado allí en varias ocasiones.
 
A veces, así pasa con las cosas que buscamos en la vida. Solemos buscar desesperadamente en los lugares en los que, por lógica, deberíamos encontrar eso que deseamos. Pero esa ansia y prisa por dar con ello hace que, paradójicamente, no las veamos aún cuando están al alcance de nuestras manos esperando a que seamos capaces de tomarlas.
Pero con suerte, un día, nos percatamos que lo que más hemos estado  buscando en el mundo siempre ha estado acompañándonos.

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